Gracias a todos los que habéis asistido a la fiesta del domingo en El Casar. Como todos los años, creo que pasamos una jornada estupenda y divertida, donde pequeños y mayores supimos aprovecharla.
Se nota
que los chicos van creciendo, porque cada vez nos cuesta más ganarles ese
partidillo que nos echamos nada más llegar. Estamos seguros que el año que
viene será más complicado todavía, pero la experiencia es un grado y sacaremos
algún conejo de la chistera para mantener la tradición.
Una de las cosas positivas que tiene nuestra AD es la colaboración de sus integrantes, y la aportación de nuevas ideas, y este año, un tipo raro que no hace más que correr, nadar y andar en bici, nos ha sorprendido con una nueva iniciativa consistente en hacer una prueba de relevos en la piscina, pues bien, un “9” para Pedro, por la idea, por mantenerla y por hacerla realidad el día de autos.
Una de las cosas positivas que tiene nuestra AD es la colaboración de sus integrantes, y la aportación de nuevas ideas, y este año, un tipo raro que no hace más que correr, nadar y andar en bici, nos ha sorprendido con una nueva iniciativa consistente en hacer una prueba de relevos en la piscina, pues bien, un “9” para Pedro, por la idea, por mantenerla y por hacerla realidad el día de autos.
No sé quién ganó, pero ahí estaban 4 equipos luchando, cada uno con sus
armas (véase el caso de Ginés en el reportaje fotográfico), y disfrutando de un
rato con todos atentos al desenlace final. Estoy seguro que para el próximo
año, esto mejorará y es posible que se convierta ya en otra de las pruebas de
la fiesta de fin de temporada.
La
comida, como siempre, nos depara alguna grata sorpresa de Poetas que traen algo
para compartir, y otros que ya son unos clásicos, como la empanada de la madre
de Paco Pi, ¡¡qué pulpo!! ¡¡Oh, my god!! Las charlas informales de sobremesa,
esos corrillos de chicos en el césped, las competiciones de tenis, baloncesto…
dieron paso a la tradicional entrega de los regalos que este año ha consistido
en un zapatillero, o zapatero, según lo que decida la madre de cada uno, porque
ahí, el padre, nada tiene que decir.
La
jornada daba a su fin y tocaba la vuelta a casa en el autobús. Algo cansados
algunos, otros con ganas todavía de juerga, pero cada mochuelo a su olivo y
despedido hasta más ver. Algunos nos seguiremos viendo por la Dehesa en
entrenos informales.
Creo
que disfrutamos de un día estupendo, rodeados de buena gente, y éste es el
espíritu de este club que intentamos, entre todos, que se mantenga y no
decaiga, y que seguramente es una parte importante de su personalidad.
Que
disfrutéis del verano y que nos volvamos a ver al comienzo de la próxima
temporada escolar-deportiva.
Os dejamos el enlace a las fotos.
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